¿Perogrullo por acá o por allá?

Obreros construyendo un escenario en la rambla montevideana este verano.
Obreros construyendo un escenario en la rambla montevideana este verano.

Esta semana fue la semana de todas las tormentas, en sentido figurado, pero también algo real, el otoño empieza a desembarcar y se empieza a instalar entre nosotros, por momentos el cielo se cubre de gris y negro.


Es un tiempo de subir seguido a la azotea los que tenemos una ya que las hojas tapan todo, sobre todo los desagües, es el otoño entonces que nos anuncia que en breve llegará el frío.


Algo de frío me dió esta semana escuchar algunos escribidores o habladores de fuste. Todos se pusieron muy nerviosos porque Antel piensa construir un emprendimiento de última generación apto para espectáculos, deportes y lo que sea que requiera espacios y capacidades con conectividad; Antel Arena parece que va a llamarse.

Se ve que el nombre inspiró a algunos y lo quisieron transformar en arena pero de circo romano y salieron disfrazados de leones a comerse a todo dios que aplaudiera la iniciativa.


Porque la derecha, en este país, pretende apropiarse de la palabra, y el que se asoma y opina recibe andanadas, una tras otra, así logran que la gente se piense muy bien si salir a opinar. 
Sin embargo hay todo cierto tipo de expertos en medios de los unos y los otros, contándonos el sacrilegio constitucional que significará construir el Antel Arena.


Es extraño, un país que convivió con la ley de caducidad que sometía la justicia al bien parecer del ejecutivo de turno durante mas de veinte años sin embargo aparece la nube de comentaristas que se estudiaron la constitución (eso dicen) para saber que lo más grave, lo más espantoso y lindante con el totalitarismo (ver a Montaner) es cuando una empresa del estado se decide hacer un edificio o cuando  un gobierno pone un impuesto.


Resulta entonces, que los legisladores que votaron hace más de 40 años la ley constitutiva de Antel, una ley presentada por un gobierno de facto, con un parlamento de facto, en fin, una dictadura, con un señor dictador a la cabeza, pero bueno eso a ellos no les importa mucho, digamos.


Esa ley que estos buenos señores pusieron, como quien pone un huevo, en una época donde los teléfonos no se compraban ni se vendían, la compañía te los instalaba y no podías tocarlos, ni cambiarlos de lugar, salvo para llamar, donde la TV era analógica y en blanco y negro, donde internet era un proyecto secreto que recién estaba en manos de los servicios secretos y de algunos investigadores de elite. Esa ley fundadora de Antel, debería ser tenida como el maná caído del cielo, hoy en 2013 debería marcarnos el camino de lo que podemos hacer.
Qué importa que hoy Antel el grueso de sus negocios lo haga en telefonía celular e internet (tecnología inexistente cuando se creó), qué importa que en el futuro el gran negocio en el mundo y uno de los sectores en crecimiento exponencial sea el entretenimiento y los contenidos para trasmitir por las diversas vías que tenemos hoy, TV digital o analógica, internet, telefonía, etc.


Lo que importa es que en Uruguay tenemos unos ayatolás liberales, que no se ponen túnica porque usan saco y corbata pero son más integristas que los señores del turbante.

Y gritan desde los tejados horror, horror, van a violar la constitución, Antel quiere reconstruir un cilindro del siglo XXI.

Hay cangrejo?
bueno en realidad yo si creo que hay cangrejo abajo de la piedra.
Buena parte de estos señores que hoy gritan, quieren que Antel renuncie a un negocio y que se lo deje al capital privado.


Que ese capital privado se encargará luego de venderle a Antel los espacios a precio de oro, incluso parece que está previsto, están dispuestos a venderle el techo del emprendimiento, así, en ese lugar Carolina Cosse podrá poner un cartel que diga : Antel Arena, eso si, el costo será por lo menos un millón al año y eso, si firmamos un contrato por 20 años por lo menos.


¿Porque, qué quieren, que el capital privado invierta y arriesgue y después venir con discursos totalitarios a sacarnos el huesito?


El tema de fondo, es que no pueden ver que se intente hacer desde un gobierno de izquierda, un programa de izquierda, con desarrollos diferentes en las empresas de gran porte, que caminemos otros caminos, con otras prioridades, con otras maneras y que además nos vaya bien.


Estan también los ejemplos de todo lo desarrollado por Ancap con Alur, con la reestructura de la refineria, ahora con la planta regasificadora o buscando y haciendo prospección petrolera.

Lo que viene haciendo UTE, por primera vez en tantos años en diversificación de la matriz energética.

Todo eso es para ellos inaceptable, el Frente Amplio fue votado por la mayoría para recorrer los caminos que nos permitan transformar esta sociedad, cambiarla, por ejemplo lograr que grandes empresas produzcan beneficios tangibles para la sociedad toda.

¿Cuánto vale el plan Ceibal ?


no la suma del costo de las computadoras,

la conectividad del país, subir el país todo a internet, que todas las escuelas públicas del país tengan conexión.

¿Cuánto vale la fibra óptica al hogar?


no la suma del costo material de los caños con lo cables de fibra enterrados por las calles del país, sino cuanto valdrá esto en 10 años para el crecimiento del país todo.


Lo que está en discusión es el carácter del cambio.

Ellos quisieran que como máximo la izquierda se dedicara a gerenciar mientras ellos se organizan para volver a hacerse cargo de un país que les pertenece, eso creen.


Nosotros debemos ser conscientes que estamos donde estamos para intentar cambiarlo, construirlo sobre otras bases a veces con las herramientas que nos dan, pero sino reinventarlas.

No hay otra, de eso se trata.