Album de memoria | 2009
Una red de miradas
Tatiana Oroño
Laboriosamente reunidas en un mosaico de diminutos rostros, fotos carné de detenidos desaparecidos imperceptibles a primera vista, se revelan recién cuando el ojo se aproxima a la figura central. El impacto de la imagen ampliada – el rostro de otro detenido desaparecido - parece investirla del carácter de motivo único, momento decisivo, retrato singular.
Eso ocurre en el umbral de la mirada. Vertiginosamente el fotograma despliega un cientismo imparable. No hay una, sino cientos de fotografías. Rostros, tenues rastros, eslabones de una cadena afiligranada por el artista. “Para mí los desaparecidos son todos iguales, mis compañeros, todos, comunistas o radicales, anarcos o sindicalistas, tanto da, son nuestra historia o lo que falta de ella” – dice Juan Ángel Urruzola.
La imagen fija está impresa en la cuadrícula de minúsculas imágenes. La red de “miradas ausentes” sobre las que Juan Ángel viene trabajando hace tiempo. De cerca, presentes, se articulan como células del tejido de la imagen visible a distancia. Aunque de lejos parezcan píxeles de una resolución digital. Su recepción casi íntima se vuelve un acto de reconocimiento. Señala cuán delicadas, y aún inexploradas, dimensiones éticas abarca la memoria. Y la fotografía.
Este Álbum de memoria empieza por tenderle una emboscada a la recepción visual. Quien observa, vacila. ¿La imagen visible era solo imagen central? ¿O no hay imagen central? El corte de escalas induce a mirar mejor. Solo están lejos las cosas que no sabemos mirar – cantó Atahualpa Yupanqui. Ante estas fotos se trata de saber mirar, y de ver.
Quien se aproxima a las obras ve lo que en una sola dimensión era invisible. Su movimiento no es solo motriz. Buscar esa proximidad es hacer memoria.